EL ÁRBOL FLOTANTE DE LOS DESEOS.

Como todo lo artesano, el valor del objeto no radica en la perfección de la obra final, sino en el cariño, la delicadeza y el esfuerzo con que se ha trabajado en su proceso, por lo menos este es el caso de nuestro árbol de Navidad, que además tiene la peculiaridad de que concede deseos (aunque todo sea dicho, necesitará un poco de vuestra ayuda papás y mamás), por cierto, algunos de ellos muy curiosos y fácilmente realizables, otros no tanto.