Vistas de página en total

jueves, 11 de febrero de 2016

VIVIMOS EL OTOÑO EN CLASE

Ya que la naturaleza se resiste a mostrarnos el otoño con su verdadero esplendor en la época en que corresponde, nosotros hacemos todo lo posible en clase para conocer un poco mejor esta época del año. Intentaremos convertir la puerta del aula en una entrada que nos lleva directamente al otoño, para ello traemos hojas secas de casa, cogemos unas ramas de nuestros olivos y con nuestro arte para la pintura y el dibujo este es el resultado.....





















A cada propuesta intentamos sacarle el máximo rendimiento, por tanto, con las ramas que recogimos de los olivos del cole nos hicimos unas coronas y aprovechamos la coyuntura para observar que aunque fuese otoño los olivos seguían con sus hojas y de paso recordamos la experiencia del curso pasado cuando salimos a recoger aceitunas.











Algo parecido ocurre con las hojas que los niños trajeron de casa, aprovechamos el recurso además de para hacer el árbol para otras cosas como hacer seriaciones, clasificar por tamaños, etc.















Una de las cosas más atractivas del otoño, además de la variedad de colores con que se visten los campos, son la selección de exquisitos frutos secos que nos regala.  En clase, tuvimos también la oportunidad de estudiarlos, tocarlos, hacer música con ellos, y como no, probarlos. Además una alumna nos trajo unos níscalos para que pudiésemos verlos y olerlos y en este caso yo cocinarlos y probarlos. (Gracias por el regalo).













Una caja sorpresa, con una nota aparece a los pies de nuestro árbol otoñal. ¿Qué será?. 







Tras leer la nota que dice así: "hola somos los frutos de otoño, ¿nos queréis conocer?, ¡pruébanos!, pensamos los frutos que pueden encontrarse en la caja y los escribimos en nuestras pizarras. Después les fabricamos unos cuencos de papel y los clasificamos.













Como la caja venía llena de frutos, decidimos escribirles una nota a nuestros amigos de la otra clase de cuatro años y regalarles unos pocos.























Una vez hechos los paquetitos nos dirigimos con nota en mano a darles la sorpresa a nuestros compañeros, que la reciben con gran alegria.





Y para terminar nuestra aventura otoñal, escribimos una carta a la señora castañera invitándola a conocernos y a enseñarnos su oficio. Tras pasar unos días y la castañera no venía, caímos en la cuenta de que en la carta no habíamos escrito la dirección del cole, así que lo corregimos inmediatamente escribiendo una nueva.






Pero eso sí, esta vez no utilizamos el correo ordinario sino uno más rápido, y mágico, metimos el mensaje en una botella y a las palabras de "viento viento lleva este mensaje a la castañera en un momento" la lanzamos al patio y nunca más se supo de ella, de la botella digo.








y esta vez funcionó, pues al día siguiente la castañera apareció.






Nos contó una historia de un gigante, un castaño y sus castañas y después nos deleito con el buen hacer de su profesión, pero previamente nos exigió tres cosas, 1. Necesitábamos el carnet de castañero, 2. Un gorro de castañero y 3. Recitar la poesía que habíamos aprendido en clase. Por supuesto cumplíamos todas sus exigencias.























Con esta despedida de la castañera, despedimos también nuestro trabajo en torno al otoño, por este año. Aprovecho para agradecer a Regina, nuestra práctica de magisterio, su inestimable colaboración en esta representación. Gracias